Capitulo 1
Capitulo 1
-Lo siento, señorita Pamela Vivez, usted perdió el mejor momento para la cirugia
Pamela se quedo de pie, completamente paralizada, con la hoja del laboratorio confirmando el cáncer de útero en las manos. Tardo un buen rato antes de animaise a llamar a Miquel, el secretario de Ginés Leyva.
El timbre sono largo rato hasta que por fin contestaron. La voz al otro lado, como siempre, sono despreocupada y con ese aire de que nada le apura.
-¿Qué pasa señora?
Pamela apretó los dedos con fuerza, sintiendo cómo se le congelaban. Habló con voz baja.
-¿Dónde esta Gines? Necesito hablar con él.
Miquel respondió
-El señor Leyva no puede atenderla en este momento.
Podrias pasarle la llamada..?
Pamela no alcanzó a terminar la frase cuando, de pronto, escuchó en la bocina una voz femenina dulce y confiada:
-Ginés, ¿cual es la sorpresa? ¿Por qué tanto misterio?
-Levanta la cabeza
Pamela reconoció esa voc grave y profunda, tan familiar que le calaba hasta los huesos, pero que nunca le habia dirigido con ese tono calido.
En ese instante. Miguel cortó la llamada sin dudarlo,
-Pum
El estruendo de una explosión le llego desde el otro lado del puerto. Pamela, con el rostro pálido, alzó la vista.
Al frente, en el cielo oscuro, se desplegaban fuegos artificiales deslumbrantes, llenando la noche de colores vivos y destellos como si fueran un cuento de hadas.
En ta entrada del hospital, la gente murmuraba emocionada
Supieran? Dicen que el mismísimo señor Leyva de LS organizó este show de fuegos artificiales para el cumpleaños de su novia (Se gasto más de dos millones solo esta nochel
-Y claro, es para Dana Sabin! Doctora del Caltech, la quieren todas las empresas grandes, es una genia, guapa, de familia importante, y su novio todavia es todo un galán de novela
-No me sorprende que el señor Leyva la presuma tanto. Con una novia asi, cualquiera se sentiria orgulloso.
Pamela no apartaba la mirada de los fuegos artificiales, tan llenos de vida y brillo. Poco a poco, affojó la mano con la que apretaba la hoja del laboratorio. El papel, liviano, termind cayendo al suelo.
rurar atrás, se marche.
Ya entrada la madrugada
Gines lego a casa y se topo con Pamela sentada en la sala, a oscuras, sin encender ni una luz.
Elandes, encendio la luz y arrugo el trecejo
-¿Por qué no has dormidor
Pamela levantó la cabeza para mirati Ei traia la chaqueta colgada del brazo Sus ojos negros, profundos, la escudriñaban como siempre distante, sjetite
Alguna vez, Paris pensó que Ginés era asi por naturaleza, incapaz de calidez. Pero hoy lo entendió de golpe: ese hombre
Pamela que dormis a su lado era puro hielo, pero en el corazón de otra, ardia como una brasa viva.
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Capitulo 1
-No pude dormir–sunurrò ella- Fural hospital hoy.
Ginés tiró la chaqueta en el sillón, sin darle demasiada importancial
-¿Y qué dijo el doctor?
Desde hacia semanas, Pamela venía quejándose de molestias en el vientre Ginés le prometió acompañarla a consulta, pero siempre surgia un contrato millonario, un problema urgente en la empresa, cualquier excusa para ponponerlo
Ayer, Ginés le había prometido ir con ella al hospital, pero resultó que Dana le escondió que era su cumpleaños. Ginés se Tue corriendo de la oficina y solo llegó a tiempo para encender los fuegos artificiales.
Pamela, como siempre, quedó relegada.
-No es nada grave. El doctor dijo que espere un poco–murmuró Pamela, bajando la mirada tu? ¿Por qué viniste hoy
Ginés se quedó pensativo unos segundos y de pronto se acercó a ella
La abrazó, respirando hando en su cuello, una y otra vez, mientras su voz sonaba oscura y áspera.
-Estos dias es cuando ovulas
Quedamos en eso tu y yo, para tener un hijo que herede el apellido Leyva Cada mes, en estos dias, te empeñas en que cumplamos ¿Ya se te olvido?
L
Pamela percibió el perfume femenino que trala Ginés, demasiado notorio, como si le lanzaran una bala directa a su dignidad tan fragil y agotada.
Gnes no mentia Llevaban tres años de casados y él jamás había sido cariñoso, Solo regresaba a casa cuando la abuelita lo presionaba por el tema del heredero. Entonces, Ginés volvia, más por deber que por deseo, y pasaban la noche juntos.
Pamela sintió un vacio, como si la idea de tener un hijo se hubiera vuelto algo imposible.
Se sabia de caracter docil, acostumbrada a ceder siempre. Pero esa noche, algo en ella se quebro. Ya no queria seguir callanda
-Gines, no tienes miedo de que tu novia se ponga celosa si te acuestas conmigo?
Sus ojos, brillando en la penumbra, parecian los de un animalito que por fin enseña los colmillos.
Ginés la miró con atención, notando que ella no bromeaba. Su mirada se torno más dura
Despues de un momento, Ginés ladeo la boca en una sonrisa que no le llegó a los ojos.
-¿por qué habria de preocuparme? Nuestro matrimonio es secreto. Tú eres la que nunca ha salido a la luz -Si aceptaste ser la de relleno, ¿por qué pides tanto?
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