Dana parecia no haber notado a Pamela, y con una sonrisa cálida le dijo a Soraya:
Sora puedes llamarme como quieras si eso te hace feliz.
Ginés levantó la mirada, con un dejo de fastidio:
-¿Y tú qué haces aquí?
Pamela se topó de frente con su mirada distante, y lo entendió de inmediato.
El habia sacado sus propias conclusiones.
Y, como era de esperarse, Joaquin Casas, que estaba al lado, apenas vio a Pamela lanzó una frase cortante:
-Señorita Vivez, vaya que tiene talento, ¿eh? Hasta nos sigue a los lugares donde nos reunimos en confianza. Aquí todos somos personas decentes, ¿no te da pena?
Para qué más podia haber venido Pamela si no era por lo obvio
Para pescarlo en la movida, claro.
-Esto ya no tiene gracia, Pamela. Sabes bien que Ginés no te quiere añadió Joaquín, creyendo que tenia todo perfectamente claro, y negó con la cabeza.
Aun recordaban como Pamela, después de acostarse con Ginés, había arreglado todo para que unos reporteros los fotografiaran, Si Ginés no hubiera frenado el escándalo a tiempo, la familia Leyva habría quedado en ridículo.
Una mujer que apostó su reputación y su “pureza” por trepar posiciones.
Nadie la vela con buenos ojos.
Pamela ya estaba acostumbrada a esas burlas y desprecios. Los amigos de Ginés la consideraban una descarada y no perdian oportunidad para restregarselo.
Dana, por su parte, mantenia su lugar junto a Ginés, serena y dulce, sirviendole jugo a Soraya sin levantar la vista hacia Pamela, irradiando una elegancia y confianza natural.
No le temia a la confrontación.
Pamela lo entendia perfectamente. Asi es como actúa quien se sabe la favorita
-¿No te enojas, cuñada?-preguntó Soraya, mirando a Dana con nerviosismo, temiendo que la llegada de Pamela incomodara a esa mujer que le habla “quitado a su hermano,
Dana no dijo nada. Solo sonrió con suavidad.
Ginés, tal vez preocupado de que Dana pudiera malinterpretar algo, endureció su expresión y dijo con tono seco: -Si tienes algo que decir, vamos afuera.
Pamela bajo la mirada y sin mirar una vez más la sala, salió hacia el pasillo con él.
Ya ahi, Ginés la miro tranquilo, pero con una distancia que se sentia como un muro.
-¿Cómo supiste que estaba aquí?
Aunque su voz era calmada, estaba claro que pensaba que ella lo había seguido a proposito.
Pamela sostuvo su mirada, sintiendo un nudo en el pecho.
-No es lo que crees: No vine a buscarte Me da igual con quién estés.
Después de todo, estaban a
a punto de divorciarse Ya no tenia sentido intervenir en su vida
-Si de verdad se da igual, ¿por qué pediste licencia médica y evadiste la crisis de imagen de Danita? ¿No crees que te estás dejando llevar demasiado por tus emociones?-Ginés sono despreocupado, casi como si solo estuviera constatando
hechos
Pamela tenia un tio gravemente enfermo ¿Cómo iba a dejar un trabajo tan bien pagado por nada?
No era como Dana, que si venia de una familia de académicos y tenia estudios de sobra.
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Pamela se dio cuenta de que no le quedaban ganas de explicarle nada.
Retrocedió un paso.
-Por favor, apura el trámite del divorcio.
No quería seguir enredandose con él. Habia ido en realidad para buscar a Soraya, que se había desaparecido; pero después de lo que acababa de pasar, ya no importaba.
Soraya la había visto y ni se sorprendió, eso solo confirmaba que la chica había querido jugarle una broma.
Y si Soraya no lo admitia, no valia la pena discutirlo.
Solo queria terminar con e
el divorcio de una vez
Ginés se quedó quieto, mirándola fijo, sus ojos oscuros clavados en ella, como si algo lo hubiera sorprendido.
Pamela no entendía su reacción. ¿No acababa de recibir el acuerdo de divorcio?
Tras decir eso, Pamela se giró para irse.
Justo en ese momento, un mesero pasó corriendo y chocó directo contra su hombro. Pamela perdió el equilibrio y cayó hacia atrás, sintiendo que su espalda chocaba contra un pecho firme y amplio.
Al instante la envolvió un aroma a sándalo y algo fresco, que le resultaba tan familiar que casi dolia.
Después de tres años compartiendo cama, ese olor se le habia quedado grabado en los huesos.
Alzó la cabeza y murmuro:
-Perdón, no fue mi inten…
Ginés, percibiendo un leve olor a medicinas, funció el ceño,
¿Te sientes mal?
El corazón de Pamela dio un vuelco. Si Ginés llegaba a saber que tenía cáncer, con lo poco que le importaba ya, no la ayudaría a ocultarlo. Si sus abuelos preguntaban el motivo del divorcio, seguro él diría que ella tenía los dias contados y no queria cargar con eso.
-¿De qué sirve venir a buscarme si no vas al hospital?-le soltó, sin emoción. Pamela se quedó sin palabras.
Aunque ya no le importaba, esas frases aún la herian,
Y antes de que pudiera responder, Ginés, al ver su reacción, arqueó una ceja y dejó escapar una mueca burlona.
-Eso de hacerte la dificil para después venir a buscarme… te queda bastante bien.
Primero se va de la casa y finge querer divorciarse, y después aparece con este numerito
Pamela se quedó paralizada.
Comprendió que Ginés volvia a malinterpretarla.
Quiso aclararlo
Pero Ginés, con el ceno fruncido, la aparto con un movimiento seco y se dio la vuelta para regresar.
Pamela sinó que le faltaba el aire. Mordió tan fuerte su labial que el color desapareció, dejando ver sus labios pálidos, y una punzada de dolor le recorrió el vientre
No queria que la vieran débil, solo queria irse.
En ese momento, cruzó junto a un hombre alto y corpulento que la miró con una sonrisa burlona.
Cuando uno es forpe, lo mejor es ponerse a estudiar más -dijo, y siguió de largo, sin dejarla reaccionar
Ese era Fabián Ortega, otro de los amigos de Ginés
Sin duda, el también habla visto lo que acababa de ocurrir y pensaba que Pamela se habia lanzado a los brazos de Ginés. solo para ser rechazada