Capítulo 4
[Cuenta regresiva para la boda: 20 días. Alfonso volvió. No puedo evitar pensar que lo presioné demasiado y lo asusté. Es mi culpa, no debí hacerlo. Solo lo amo tanto.]
Estas anotaciones serán el regalo más doloroso que le daré.-
Al final, Alfonso fue quien eligió el vestido de novia. Dijo que esta vez nos tendríamos que conformar, pero que había encargado uno nuevo y costoso para usar en la ceremonia en
la isla.
Esa isla, por cierto, fue comprada por Alfonso cuando me pidió matrimonio, y lleva mi
nombre.
Qué irónico.
Cuando me pidió matrimonio, él decía que por fin cumplía su deseo.
Y ahora, a punto de casarnos, es él quien quiere huir y dejarme en ridículo.
Alfonso, dime, ¿es tan difícil encontrar un amor sincero en este mundo?
Vi una actualización de la chica en redes sociales: [¡Resolví lo del trabajo! Alfonso me ha dejado a su lado, un paso más cerca de mi amor platónico, jeje.]
La publicacion incluía una foto de Alfonso en una reunión, tomada a escondidas.
Capturé toda la pantalla.
Escribí: [Cuenta regresiva para la boda: 17 días. La luna en el mar es la misma que en el cielo, y la persona frente a mí es la misma que en mi corazón.]
Aunque pocos saben que el siguiente verso de ese poema es: “El corazón del espectador siempre mira, pero ¿qué hacer cuando uno es parte del espectáculo?”
No es más que un sueño efímero.
Pero quiero tejerle un sueño de felicidad, solo para que caiga al abismo.
Así que
tareas.
durante la última semana, he hecho que Alfonso me acompañe en muchas
En los detalles de la boda, no participé en nada esta vez. Dejé que Alfonso se encargara de todo con la empresa de planificación.
Quiero que entienda cada aspecto, hasta el más mínimo ramo de flores, que sepa de
dónde viene.
Le pedí que dominara todos los detalles del evento, cada minuto, más que yo.
-Cariño, casarme contigo es una gran empresa -dijo él abrazándome.
WA
10:00
Capit
-Alfonso, después de tanto esfuerzo en este gran proyecto, no querrás huir el día de la boda, ¿verdad? -le respondí riendo.
Guardó silencio un momento, y luego me abrazó fuerte.
-Cariño, ¿cómo podría escaparme? Te amo -me aseguró.
Sin embargo, el mismo Alfonso que dice amarme, escribió en el grupo de sus amigos: [Organizar la boda es agotador, por eso es más emocionante cuando uno se escapa, ¿no?]
Dejando un desastre.
Haciendo que todos los que nos rodean pasen vergüenza.
Eso es lo que Alfonso quiere como venganza.
No dije nada, pero lo llevé a escribir las invitaciones.
En realidad, ya las habíamos enviado, pero sugerí que las enviáramos de nuevo a las personas más cercanas.
Él escribió de su puño y letra, y yo lo ayudé a sellarlas.
Le pedí que escribiera: [Con la salida del sol, hay esperanza; al atardecer, hay añoranza; todo lo que nos rodea es dulce.]
Sonreí y le dije:
Esto es lo que quiero para nuestra vida.
Wa
No me respondió, porque vi que estaba enviando un mensaje a la chica: [Mañana te doy la invitación.]
Ella le respondió con un emoticón feliz.
E
=
=
HE
E
Escribí: [Cuenta regresiva para la boda: ocho días. ¿Llegaremos a un final feliz?]
Por supuesto que no.
Seis días antes de la boda.
La chica actualizó su estado: [Quiero darle mi primera vez, así no tendré arrepentimientos.]
La imagen era una tarjeta de hotel.
Alfonso estaba en la cocina cocinando.
Escuché su celular sonar.
Respondió y su expresión cambió, miró hacia mí, que estaba sentada en la sala, sonriéndole con calma.
Capítulo 4
Apagó el fuego y fue al balcón.
Cuando regresó, ya estaba quitándose el delantal.
-Hay un problema en la oficina. La comida está lista, tú come, volveré en un rato.
Sonreí y le pregunté:
-¿Estás tan apurado porque vas a encontrarte con alguien?
Alfonso desvió la mirada por un segundo, luego me pellizcó la mejilla:
-¿Qué dices? Es algo urgente.
Otra mentira.
Lo tomé del brazo:
-Hoy no me siento bien, ¿podrías quedarte?
-¿Qué te duele?
Alfonso me tocó la cara.
Señalé mi pecho:
-Aquí.
Él sonrió y me besó en la frente:
-Mentirosa, no digas tonterías. Te veo en un rato.
Aun así, se fue.
No lo he dejado tocarme últimamente, debe estar desesperado.
Lo seguí en silencio.
Alguien tan cauteloso, ¿cuán ansioso debe estar para no notar que lo sigo?
Ni siquiera estacionó bien el carro, olvidó cerrar el seguro.
Esperé afuera hasta la medianoche, y Alfonso no salió.
Cuando regresó, fingí estar dormida.
Escuché el agua de la ducha y me sentí frustrada.
Tenía un nudo en el pecho./
Un momento después, la cama se hundió y me abrazó.
Me moví.
-No te muevas, quiero abrazarte.
Me besó el cabello, como si nada hubiera pasado hoy.
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